Psicoterapia
El proceso de conocimiento humano, multiples teorías, más prácticas aún, tratando de desentramar que es lo que sucede dentro de cada una de las personas y como poder ofrecer un estar diferente más allá de las dificultades.
Desde que el ser humano forja sus primeras tribus nos encontramos con esa busqueda de sentido vital, esa comprensión de lo desconocido, de la naturaleza, de la enfermedad, de los recursos… Así va naciendo la tecnología, la religión, la cultura y la evolución va haciendo su trabajo a lo largo de los años y ya desde ese inicio nos encontramos con personas encargadas en las tribus de lo relacional, de explicar lo inexplicable, de equilibrar las acciones con las emociones y los pensamientos, en comprender de alguna manera, a otras tribus, en si otras personas y desde aqui poder actuar. Muy ligada a la magia y a la religión, este arte se irá perfilando a lo largo de los tiempos tornándose científico, pasando de lo inexplicable a gran parte de lo cuantificable, con el riesgo de perder de vista todo aquello que aun carece de explicación.
Es así como actualmente se encuentra el mundo de la psicología, numerosas corrientes, diferentes puntos de vista, el estudio mas natural, el enfoque más humano… y es desde esta parte más humanista, derivada de un psicoanálisis al que critican por estático, cerrado y ciego en muchos de sus aspectos, que se abre una brecha para el trabajo del bienestar humano, partiendo desde la creencia de un potencial olvidado por cada uno de nosotros, por un sufrimiento por no desarrollar una vida plena, acorde con las necesiades propias y generalmente mucho más sencilla de lo que uno podría imaginar, y que no se da por la falta de contacto con uno mismo y por una combinación entre el proceso de educación, de adaptación a la cultura y la experiencia personal de quien lo pasa, que de alguna manera es orientado a olviarse de su ser más genuino.
Se trata de un arte del amor, pues en el fondo es con este con quien se trabaja, con el permitir que de alguna manera pueda volver a la vida, a encarnar el cuerpo, el amor a uno mismo, el valor a uno mismo, el poder sentirse, vivirse, expresarse, el amor hacia la vida, el amor a los demás. Y es con el depurar el vínculo, ese puente entre cada uno de los puntos, que se puede dar de nuevo el flujo de amor en la vida.
Terapia Gestalt
Terapia del aqui y ahora. En el trabajo gestáltico la toma de conciencia en el presente y la responsabilidad propia son los aspectos más relevantes. A través de aumentar la conciencia uno va pudiendo recoger formas más o menos funcoinales en las que entiende la vida y en las que responde ante la misma. Se trata de ir descubriendo cada uno de estos aspectos acompañado por el terapeuta que a través de diferentes propuestas, trata de gestionar un espacio en que esta consciencia se pueda dar un poco más allá de la inmediatamente conocida.
Descubrir como la vida está siendo en el momento presente permite no perderla en rememorar el pasado o en la fantasía de lo que será, dos grandes vicios en los que es fácil perderse y dedicar la energía. Con todo nuestro histórico, como despegarnos del mismo para poder ver la vida de nuevo tal como es? Abrir el camino de confianza, de puesta en duda de las propias convicciones, de descubrir la brújula interna, son aspectos relevantes a la hora de ir recobrando más presencia en el momento actual.
Y el proceso de responsabilidad, de poco sirve darse cuenta de muchas cosas sin la capacidad de su ejercicio coherente y consecuente, desde ahí el potenciar la responsabilidad individual y como cada uno es dueño de sus propias decisiones, permite recuperar el poder que se ha ido dejando en estructuras, en otras personas, en fantasías, en monstruos internos, en desencuentros, en situaciones por resolver…
Así la terapia Gestalt se presta como un gran marco sobre el cual poder ir creciendo hasta permitir sacar el marco, el cuadro, la pared e ir al encuentro directo total con la vida en el presente.
Terapia, arte creatividad
El arte, el espacio al contacto con lo genuino de uno llevándolo a su expresión. El arte no es más que ser en un instante, en conexión con uno mismo, con el ir explorando los ricones del propio ser y dar lugar a sus diferentes manifestaciones. Lo auténtico se encuentra en lo único de cada uno, en su proceso de descubrimiento de la realidad particular, de la forma de gestación, de sus ciclos, de las necesidades, de los bloqueos, de las facilidades o dificultades que uno se encuentra. Ya una vez comienza a nacer empiezan los juícios, las fantasías, los deseos, las espectativas…
El arte es algo que es inherente a mi trabajo terapeutico y de alguna forma la terapia es inherente al arte. Es decir, a la hora de encarnar la expresión, si prestamos atención se produce una toma de conciencia, un desarrollo de las sensaciones que van forjando la necesidad y el deseo creativo, van tomando la carne, la forma, la mente, las emociones, de la fantasía, se va al cuerpo y desde el cuerpo se ramifica en mil posibilidades y en la acción, en un proceso consciente, sigue el aprendizaje de uno mismo y de las propias formas de vivir la vida.
La experiencia de la expresión permite re-vivir aspectos de la propia vida y cambiar su significado a nivel inconsciente, como si manipulásemos el software de una máquina a través de su propio ejercicio, pudiendo modificar así aspectos de uno mismo, desarrollar las herramientas que se habían olvidado, descubrir quien se es realmente, afrontar dificultades concretas, abrirse de nuevo al placer…
El trabajo con teatro permite encarnar en la interacción, en el presente, vivir las emociones y conocer las propias máscaras y llevarse a uno mismo más allá de lo que podría esperar. El contacto con la impermanencia, junto con el movimiento espontaneo y el baile ya que el ejercicio artístico es la propia energía que se encarna en los cuerpos y fluye. Un trabajo de liberar, de abrir el canal para dejarse ser.
La pintura, un contacto con la intimidad de forma diferente, la permanencia, el plasmar, el contacto con el camino de vida, con la visión inconsciente, con hacer visible lo invisible y poder permanecer ante ello, aprendiendo, descubriéndolo, dándole forma y permitiendo que mute y se integre en la propia vida.
Desde la palabra, la escritura y la creación literaria es el encuentro con la fantasía, con la acción de lo imposible, con la comunicación con el inconsciente tomando sus palabras, plasmándolo y pudiendo reconstruir, interpretar, dramatizar, desarrollar o experimentar cada aspecto del mismo.
El cine y la fotografía permiten el combinar cada una de las herramientas anteriores, a diferencia de la pintura y el teatro permiten trabajar con lo concreto de una forma inmutable, el plasmar la experiencia de forma replicable, con cierta objetividad externa y descubrir lo relativo del mundo, las perspectivas y la presencia, además de todo el proceso de creación que es en si lo que es realmente el ejercicio de la creatividad, de la conciencia y la experiencia.
Terapia, cuerpo y expresión
Terapias corporales, bioenergética, teatro, expresión corporal.
Nuestro cuerpo posee memoria, tanto en la carne como en otras partes quedan registrados y marcados nuestros traumas. Disponemos de una energía vital propia con la que satisfaremos nuestras necesidades, tendremos sensaciones, respiramos, sentimos emociones… y este movimiento energético a veces se ve afectado, generalmente ante situaciones traumáticas el cuerpo se tensa para defenderse y de esta tensión el fluir de la energía corporal se va haciendo más complicado derivando en enfermedades, insensibilidad, dificultad para el placer, dolor, tensiones crónicas… Poder trabajar en estas zonas de tensión para expresar lo que ahí se ha quedado trabado es una parte importante del trabajo corporal, para permitir que la respiración vuelva a ser amplia, plena, que la comunicación en nuestro propio cuerpo se de de una manera libre, que podamos comunicarnos con cada parte del mismo, recuperar las sensaciones, el placer… la vida. Y a la vez poder tomar consciencia de todos esos aspectos inconscientes que perpetuamos y que siguen cerrando esta presencia plena, esta consciencia limpia y amplia de quien soy, que necesito y como me satisfago. De nuevo aquí estarán en juego introyectos, mandatos familiares, dolores, traumas, castigos, fantasías catastróficas, miedos… y descubrirlos, desempolvarlos, experimentarlos, integrarlos en nuestra vida o permitirles marchar, va a favorecer el crecimiento y la salud a todos los niveles, pues no somos cuerpo o mente o emociones o espiritu, somos un ser humano y ser humano es disponer de todo ello en el momento presente, todo menos lo que nos negamos a nosotros mismos.
Sexualidad
El contacto con el propio placer, la intimidad… El espacio donde se juega la manera de contactar en lo más profundo con uno mismo, con el mundo, con la vida.
De tabú a fantasía idealizada, pasando por todas las vergüenzas, la falta de permisos, las dificultades de comunicación, la opacidad del placer… y la forma en que todo esto repercute en nuestra vida, limitando nuestro encuentro con la satisfacción más genuina, evidenciando nuestras dificultades de confianza, de entrega, de relación.
El trabajo con la sexualidad permite el encuentro con la vida desde otro lugar, abrir el permiso al placer no es un todo vale, es un descubrimiento de las propias necesidades, las dificultades, de como uno puede forzar una parte de si para el otro, perdiendose en el encuentro.
A través del cuerpo, de la respiración, de la mirada… ir pudiendo recuperar lo erótico, el contacto placentero, no únicamente con el cuerpo de la persona amada, no únicamente para superar dificultades más fisiológicas, si no también para contactar con el propio cuerpo, con el placer en la vida, con el permiso para celebrar desde lo mas profundo y genuino de uno mismo.
Recuperar o descubrir las formas de contacto, las sensaciones, lo que uno puede despertar en si y en los demás, propios tabúes, limitaciones, fantasías, espectativas, encuentros y desencuentros. Para desarrollar una mayor profundidad en el placer, la felicidad, la propia vida.
La magia de la vida
Lo visible y lo invisible; lo consciente y lo inconsciente, la luz y la sombra; vida y muerte… encontramos el mundo lleno de dicotomías, aspectos más evidentes y otros menos claros que de alguna manera parece que colaboren en nuestro día a día, muchas veces con más poder del que nos gustaría.
Poder desenmascarar lo que sucede en este terreno menos evidente, poder tomar conciencia de aquello que ha quedado silenciado en nuestra vida, mirar a la herencia familiar, genética, espiritual, educativa… Sería algo como poder tener en cuenta que dentro de nuestro cuerpo hay organos que no podemos ver y son indispensables para nuestro funcionamiento humano, descubrir como funcionan y poder dar salida a sus necesidades específicas, a las dificultades que se pueden dar ahí es algo de gran importancia sobre todo cuando caemos enfermos. En el mismo terreno descubrir nuestras alianzas inconscientes, nuestros patrones de conducta, las pautas que rigen nuestra forma de mirar el mundo, las promesas olvidadas y lealtades permite que el fluir de la vida pueda seguir su transcurso, sin que sigamos fomentando lso obstáculos a nosotros mismos.
Antiguamente el trabajo del chamán, más orientado al despertar de la propia conciencia, a la visión del sentido de la propia vida, a la conexión entre los miembros de la tribu, al descubrimiento de las propias habilidades, capacidades y carencias para así poder cohesionar aquellos elementos disgregados en uno que hacen que no pueda asumir, enfrentar o sostener la realidad de su vida en un momento determinado.
En oriente este tipo de trabajo tomó otros derroteros potenciándose más aún el desarrollo a nivel espiritual, siendo este otro nivel más allá del solucionar los propios conflictos, siendo un ejercicio de liberarse de uno mismo para poder trascender y descubrir lo paradojico de la vida y del ser.